24.6.14

-¿Es tan malo ser parte de la cultura selfie?-


Últimamente me estoy cruzando con varias publicaciones que hablan de la cultura selfie (la moda de sacarse fotos a uno mismo y subirlas a las redes sociales) como si fuera el colmo del narcisismo. Escuché a varias personas hacer declaraciones del tipo “si alguna vez me ven sacándome una selfie, ¡mátenme!”. Pero, ¿la cultura selfie es realmente algo tan malo en todos los aspectos? Para los grupos sociales sin representación en los medios masivos, también puede ser una forma de conseguir la visibilidad que de otra forma se nos niega.



Es cierto que muchas veces las selfies pueden ser algo narcisista. Hace un tiempo escribí acerca de usar este tipo de medio para levantar nuestra autoestima en momentos difíciles, utilizándolo como una forma de lograr imágenes de nosotras mismas que nos agraden y nos hagan sentir mejor. No veo nada malo en ser un poco vano, si nos ayuda a contrarrestar los mensajes negativos sobre nuestro cuerpo que recibimos a diario.

Pero con una mirada más social, las selfies constituyen un medio de conseguir una representación en medios masivos a los que no teníamos alcance anteriormente. Pensemos en los medios actuales. ¿Cuándo vemos a una persona gorda, sea hombre o mujer, en ellos? En muy contadas ocasiones, eso es seguro. Y siempre como el personaje vago, tonto, ridículo o patético. O como el antes inaceptable de un después celebrado. En este escenario, las selfies pasan a ser una forma de controlar cómo queremos ser vistos, desde nuestro propio punto de vista, sin que nuestra imagen pase por el filtro social de lo “aceptable”.    


Los feed de mis cuentas de Instagram, Twitter, Facebook y Pinterest están llenas de fotos de personas gordas. Algunas son bloggers de fatshion, otras son mujeres comunes y corrientes que disfrutan sacándose selfies y compartiéndolas con el mundo. Y ¿por qué quiero ver las fotos de estas mujeres en mis feed todos los días? Porque estos son los medios que yo puedo controlar.

Mientras que la televisión y las revistas se empeñan en hacernos creer que hay sólo un tipo de cuerpo que vale la pena ver, las redes sociales nos permiten la libertad de mostrarnos y vernos. Cuerpos gordos (o con capacidades diferentes, trans* u otras corporalidades diferentes) encontraron en las selfies un modo de expresión inclusivo, que nos permite visualizar a otros que lucen como nosotros y reconocernos como parte del mundo que masivamente nos rechaza.

Desde sus comienzos, las redes sociales nos permitieron encontrar nuestras “tribus”, y ahora las selfies nos permiten vernos mutuamente con normalidad dentro de una anormalidad impuesta por el mundo. En la lucha continua por inclusión y reconocimiento, todos los recursos son válidos (incluso aquellos que incluyen un smartphone con cámara).


Cuéntenme, ¿cuál es su posición en esta discusión sobre las selfies? 


-Gi-

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