24.3.14

-Living la vida gorda- Priscilla, la reina del desierto


¡Hoy inauguramos sección! Living la vida gorda es exactamente eso: vivir la vida siendo gorda. Ser gorda en el mundo sin sentir vergüenza o culpa por el espacio que ocupa nuestro cuerpo es un acto revolucionario. Vestirnos bien, sacarnos fotos, reírnos y disfrutar sin tener en cuenta (aunque sea en el fondo de nuestra mente) qué estarán pensando las otras personas es algo que no se supone que hagamos. Después de todo, ¿no es cierto que nos pasamos todo el día tiradas en un sillón comiendo y mirando la tele?? *insertar ojos en blanco*

Anoche fui con Mamá a ver el musical Priscilla, la reina del desierto. ¿Lo conocen? Muestra el viaje a través del desierto australiano de tres drag queens de edades y personalidades totalmente distintas: Adam (personificado por Juan Gil Navarro) es un joven alegre y desenfadado que se lleva la vida por delante, Tick (Alejandro Parker) está en sus cuarenta y es el organizador del viaje, generalmente el más responsable y pacificador, y Bernadette (Pepe Cibrián Campoy) es una vieja diva que vuelve al escenario después de años de retiro al morir su esposo.


El teatro Lola Membrives es una belleza

En el viaje se van entrelazando distintas situaciones y personajes, al tiempo que vamos conociendo un poco sobre la vida de los protagonistas y sus sueños. Y todo esto envuelto en música disco y temas clásicos de Madonna, coreografías estupendas y un vestuario para embobarse. Lagrimeé de la emoción, me reí a carcajadas, canté y me dolieron las manos de tanto aplaudir.
 
En el entremedio. No llegué a apretar el disparador que se escuchó
por los parlantes una advertencia sobre no sacar fotos. Ups!

Tomando un Fernet Menta con lima limón...
Si los estaban regalando, no lo podía rechazar, no?


Luego de la función llevé a Mamá a cenar y después a pasear por Avenida Corrientes. Nos divertimos sacándonos fotos y haciendo de turistas en nuestra propia ciudad (¡aunque Mamá no entienda el concepto de quedarse quieta hasta que la cámara saque la foto! Jajaja).





Aunque me encanta usar colores y estampados (especialmente animal print *guiño guiño*) anoche estaba de ánimo para un total black. El truco para que este look funcione y no parezca que están intentando mimetizarse con el pavimento: mezclar texturas. Usé un mini vestido de encaje (demasiado “mini” para mi gusto), leggins de símil cuero de Curvas Libres Indumentaria, botas de cuero con tachas y cierre metálico y una campera biker de frisa. Para darle un toque de color, porque no puedo evitarlo, usé un collar chuncky dorado y salmón. Y ahora me dio ganas de comer pescado. Pescado… sushi… mmm…

Cuéntenme, ¿qué andan haciendo este fin de semana? ¡Suban una foto con #livinglavidagorda a Twitter o IG para compartirla con todos!


Besos,

-Gi-



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