Hay algunas cosas que siempre me
van a recordar a mi abuela. Las uñas en punta pintadas de rojo. La permanente.
Los partidos de Velez Sarfield (su gran pasión). Y definitivamente, las
polleras.
Mi abuela nació en 1926, en una
época que las mujeres sólo usaban polleras y vestidos, y nunca se resignó a
cambiar de estilo. Me acuerdo de ir con ella a comprar telas y verla coserse
una pollera tubo en una tarde. Su máquina de coser era de esas viejas con
pedal, regalo de su papá por estudiar Corte y Confección.
Yo no podría ser más diferente.
Si ella era fiel seguidora de las polleras, yo me pasé años evitándolas como si
fueran la peste. Nunca fui de esas nenas coquetas que se visten con pollerita a
volados rosa y se calzan una carterita al hombro. Unos jeans, zapatillas y
remera, y yo era feliz. Creo que recién a mediados de mis veintes usé una
pollera voluntariamente.
Remera - Spaceball Maxipollera - Curvas Libres Indumentaria Collar - ?? Chatitas - Lucerna |
Y qué puedo decir, me enamoré. Descubrí
que me encantan las mini, y me siento súper cómoda con las de estilo bodi-con
(pegadas al cuerpo). También descubrí que aunque las de línea A son divinas, tengo
una especie de imán que atrae vientos fuertes siempre que las uso, y termino
mostrándole el color de mi bombacha a todo el mundo (y no es que yo sea
especialmente vergonzosa, pero tampoco la pavada). Y AMO las maxipolleras.
Me resistí a ellas hasta este
año, porque me imaginé que me quedarían estilo carpa de circo. Pero sólo era
cuestión de encontrar la correcta: este modelo da espacio para traseros
abundantes como el mío, y no abulta en la zona de la panza. Y al ser larga
ayuda a disimular si hace un par de días que no te depilás, me dijeron. Jeje.
Contame, ¿te gusta usar pollera?
¿Ya encontraste tu favorita?
Besos,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario