Hoy tenía planeado escribir un
artículo muy diferente, pero a veces hay cosas que se cruzan en nuestro camino
y no podemos pasarlas por alto. Esta mañana mientras desayunaba y chusmeaba
algunas cosas en internet me crucé con el Proyecto Irrompible. El proyecto fue
ideado en octubre de 2011 por la fotógrafa Grace Brown, quien tenía 19 años en
ese momento. Su idea es crear conciencia acerca de la agresión sexual, y lo
hace fotografiando sobrevivientes de abusos sosteniendo carteles con las
palabras de sus violadores. Desde que comenzó, miles de personas se han sumado
a su propósito y han posado para ella o enviado sus propias fotos para hacer
escuchar sus voces.
"Shh... linda... se va a terminar rápido" -Mi primer agresor, mientras 4 otros rodedaban la cama, esperando su oportunidad. |
"No fue violación. Estabas siendo provocadora" |
Puedo decirles que pasé más de
una hora pasando página tras página de fotos. Y puedo decirles que se me rompió
el corazón con cada una de ellas. El dolor, la angustia y la furia que estos
eventos me causan es indescriptible, y debería serlo para todos. No concibo un
mundo en el que esto no sea así. Y sin embargo, claramente lo es. 1 de cada 3
mujeres sufre algún tipo de abuso sexual a lo largo de su vida. Es indignante. Es
increíble. Pero lo peor es que las estadísticas que tenemos sobre el tema
pueden ser desacertadas porque muchas de estas agresiones no son denunciadas.
¿Y cómo podríamos culpar a las víctimas por mantener su silencio? Sólo un
pequeño porcentaje de las denuncias terminan en la condena del atacante, y
mientras tanto la mujer debe soportar el escrutinio de su vida y sus
declaraciones sobre el hecho con una lupa maliciosa que parece buscar culparla
por lo ocurrido. Es un proceso extenuante para alguien que ya trata de
recuperarse de un trauma físico y psicológico.
Las historias que leí en Proyecto
Irrompible son terribles. Niñas pequeñas siendo abusadas por sus familiares más
cercanos, traicionadas por quienes más deberían cuidar de ellas. Mujeres siendo
asaltadas por amigos de confianza, novios o maridos. Lesbianas que se cruzaron
con un hombre que quería “hacerlas cambiar de opinión”. Adolescentes
emborrachadas o drogadas y violadas en grupo. Y las actitudes de los agresores también
tienen muchas variantes: van desde la crueldad absoluta y la denigración total
de la mujer hasta indiferencia por lo que ocurrió o promesas de amor hacia su
víctima. Les debo todo mi respeto y admiración a las mujeres que pasaron por
esta experiencia y lograron sobrevivir y construir una buena vida para ellas
mismas.
"Juguemos a la familia y vos actuás como mi esposa" -dijo él. ¡Yo tenía seis años! |
Sin embargo, lo que más me
indigna y me llena de rencor son las actitudes de muchas personas que entran en
contacto con las sobrevivientes. Vivimos en una cultura que nos dice que si una
mujer es violada, o agredida en alguna forma, se lo estaba buscando. El famoso
“algo habrá hecho” es una frase lamentable que lo único que hace es culpar a la
víctima por algo que otro hizo y sobre lo que ella no tuvo ningún control.
¿Realmente alguien puede pensar que una mujer va por la vida buscando que la
violen? ¿Qué por usar determinada ropa, hablar con determinadas personas o ir
por determinados lugares, estamos invitando a que nos invadan de la forma más
íntima posible y causen un daño que siempre va a quedar en nosotras? Esas actitudes
son las que logran que las mujeres se sientan avergonzadas por algo que se les
hizo A ELLAS, y que no denuncien a quienes las agredieron. Esas actitudes son
las que permiten que vivamos en un mundo en que una mujer no se puede sentir a
salvo en ningún momento.
Hace años estaba sentada en una
confitería y dos mujeres estaban hablando cerca de mío. Una de ellas le contó a
su amiga que fue a un centro de ayuda a mujeres a denunciar que su marido
(aparentemente mayor que ella) la violó, pero que seguía con él porque no tenía
adonde más ir. La respuesta de la representante del centro fue algo como “Y si
ya se quedó con él, aguántelo y listo, ¿cuánto tiempo le puede quedar?” ¡Se
supone que esta gente está entrenada para tratar con víctimas de abuso! ¡Para
darles contención y apoyo hasta el máximo de sus esfuerzos! Aunque no conocía a
esas mujeres, es algo que me quedó grabado en el alma. Escuché de policías no
tomando denuncias de violación porque la víctima estaba intoxicada, doctores y
enfermeras cuestionando la veracidad de una agresión incluso ante evidencia
física, familiares y amigos culpando a la víctima y aconsejándole no decir nada
para no traerle problemas a su agresor y evitar que ellas mismas sean
consideradas prostitutas o mujeres fáciles.
"Debés tener muy mal karma de una vida pasada" -Una enfermera. |
Está en nosotras frenar esto. Nosotras
podemos y debemos demostrar nuestro apoyo a las mujeres que valientemente
sobrevivieron a un asalto. La agresión sexual ocurre porque una persona goza al
ejercer control sobre otra. Punto. Dejemos de buscar razones en lo que la
víctima dijo o hizo. DEJEMOS DE CULPAR A LA VÍCTIMA.
Cuéntenme sus opiniones sobre
este tema. ¿Conocen a alguna sobreviviente de un ataque sexual? ¿Cómo lo enfrentaron?
-Gi-
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