A veces
cuando hablo con alguien sobre aceptación corporal surgen enseguida algunas
preguntas: ¿Hasta que punto me acepto realmente si no me gusta todo de mí?
¿Aceptarse a una misma quiere decir que me tengo que resignar a ser como soy de
por vida? Me parece que este tema surge sobre todo porque estamos acostumbradas
a igualar los conceptos de “aceptación” y “resignación”. Sin embargo, estos
términos no van necesariamente de la mano.
Para mí la
forma más clara de ver esta cuestión es pensar en la relación con nuestro
cuerpo en los mismos términos en que pensamos nuestra relación con otras
personas. Cuando pienso en mi novio, mi mamá, mis amigas, puedo asegurar que
los acepto por como son y los amo de esa manera. ¿Eso quiere decir que nada de
ellos me molesta? ¿Qué no preferiría que mi mamá dejara de perseguirme con
algunos temas o que mi novio quisiera salir más seguido? ¡Por supuesto que no!
Siempre hay algo de nuestros seres queridos que quisiéramos cambiar (como estoy
segura que hay cosas de nosotros que ellos preferirían que fueran diferentes).
¿Eso significa que los amamos menos? No, en lo absoluto.
Cuando se
trata de nuestros seres queridos, lo que amamos de ellos es quienes son como
persona, completamente. Los aceptamos por quienes son y por cómo nos hacen
sentir, no porque tienen tal o cual característica aislada. Y con nuestro
cuerpo pasa lo mismo. Nuestro cuerpo es como es en su totalidad. Es el que nos
lleva de un lado a otro todos los días, el que nos permite abrazar a nuestros
amigos y jugar con nuestras mascotas. También es el que se brota con acné y
tiende a acumular grasa en las caderas. No tenemos un “cuerpo bueno” al que
querer y un “cuerpo malo” al que resignarnos. Podemos aceptar nuestro cuerpo
así como es y aprender a amarlo por como luce y las cosas que hace, y al mismo
tiempo buscar cambiar algunas de sus características.
La
aceptación corporal no significa “resignarnos al cuerpo que tenemos”, sino
aceptarlo con las características que nos gustan y las que no tanto, y desde
ahí ver qué cosas queremos y podemos cambiar. A partir de esta aceptación es
que podemos construir una relación saludable con nosotras mismas, cuidarnos y
tratarnos con la compasión y el afecto que nos merecemos. Después de todo,
¿quién quiere cuidar de algo que no aprecia?
Besos,
-Gi-
YES! LOVE this post. Yes yes yes yes yes!!
ResponderBorrarYes we can love ourselves, whilst wanting to stay the same, or even wanting to change. We might not like certain parts of ourselves (body or soul) but we can choose to work on ourselves if it makes us happy. We wouldn't stop loving our mothers if they developed a giant wart on their noses, so we should love ourselves ALWAYS. Bodies change, hearts usually don't.
So much in life is fleeting. Let's celebrate while we can!
Well said!! And I had a good laugh picturing my mom with a giant wart on her nose hahaha
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