Ayer leí una frase de Naomi Wolf
que me gustó mucho. Decía “Nosotras las mujeres estamos entrenadas para vernos
a nosotras mismas como imitaciones baratas de las fotos de moda, más que para
ver a las fotos de moda como imitaciones baratas de mujeres”. Me parece que
corta justo al centro de porqué nos esforzamos tanto para alcanzar esa
perfección que vemos impresa en las páginas de las revistas.
Pensá en una foto de una producción
de moda que te haya gustado últimamente. La modelo en una pose perfecta, con su
pelo y maquillaje arreglados para acompañar su look, la ropa y los zapatos
luciendo como si fueran a medida, los accesorios ideales para coordinar con su
estilo, y todo en un lugar pacífico o interesante. Esa es la imagen que se nos
queda estancada en la cabeza, y lo que luchamos conciente o inconscientemente
para reproducir cada vez que nos enfrentamos a nuestro espejo.
Lo que no vemos en esa foto es la
maquilladora y la peluquera que recién terminan de trabajar, la vestuarista que arregló la ropa para que
se ajustara al cuerpo de la modelo, el fotógrafo buscando el mejor ángulo, y la
productora de moda consiguiendo la locación y organizando todo para que el
resultado sea ideal. Y por supuesto tampoco vemos esa misma foto antes de que
pase por el filtro de Photoshop, que termina de modificar todo lo real para
convertirlo en perfecto.
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Hay un dicho que expresa “ni la
modelo de la publicidad se parece a la modelo de la publicidad”. Y es porque
esa foto de moda que captura la imagen de un instante perfecto no es real. ¿Lo
que sí es real? Nosotras, las mujeres que vivimos día a día en este mundo.
Somos reales, con todo lo que eso implica: panza, muslos que se rozan, acné,
celulitis, estrías, algún que otro pelo fuera de lugar, y esa cicatriz en la
frente que te quedó de esa vez que te caíste de una silla. Todas esas cosas son
naturales y propias del ser humano que vive y cambia.
Esas cosas que aprendimos a
considerar como “fallas” sólo lo son en comparación a la perfección
photoshopeada que nos venden como real (y que todas podemos encarnar si
compramos lo de esa marca, por supuesto). Tenemos que empezar a darnos cuenta
que la imagen que nos devuelve el espejo es mucho más preciosa y tiene más
valor que cualquier cosa que podamos ver en una valla publicitaria.
Nuestro cuerpo ha vivido, tiene una
historia que refleja en cada poro de su piel. Nuestro cuerpo alberga nuestro
espíritu, nuestra voluntad. Somos personas reales que merecen amor,
especialmente si viene de nosotros mismos.
En este mundo loco que nos quiere
imponer un ideal, tenemos que recordar que nosotros tenemos algo mucho más
valioso que eso. Tenemos nuestra humanidad.
Si te querés sumar a nuestro proyecto, te dejamos a continuación un link para que te descargues gratuitamente un flyer con el logo:
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NOTA:
El Proyecto Somos Más concluyó por este año, pero queda el ebook con todos los flyers disponible para descargar gratuitamente en cualquier momento. Si te interesa tener una copia, andá a la pestaña PROYECTO SOMOS MÁS y vas a encontrar el link de descarga. Desde ya agradecemos a todos los que se sumaron a esta campaña, comentando y difundiéndolo. Gracias de corazón, esperamos que les haya gustado y sido útil.
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